De fosas comunes a lugares de memoria
La práctica monumental como escritura de la historia
La historia de la represión derivada del golpe militar del 1936, la guerra subsecuente y la represión sistemática de la dictadura ha estado vinculada a la imagen de las fosas comunes. Estas fosas ganaron visibilidad desde el año 2000 con el inicio de un nuevo ciclo de exhumaciones y la popularización de la noción de “Memoria Histórica”. Sin embargo, no todas las fosas estaban desparecidas ni abandonadas. Desde la inmediata posguerra familiares, vecinos y militantes desafiaron a la dictadura marcando los lugares de enterramiento, llevando flores o construyendo los primeros monumentos. Una actividad que tuvo su mayor desarrollo durante el período de la Transición, y que de nuevo volvió a tener lugar con el cambio de siglo, pese a no haber gozado de la misma visibilidad que las exhumaciones. Este libro pone su foco en esos desafíos al olvido, desde el año 1936 hasta la actualidad, analizando cómo se ubican en la sociedad contemporánea, y comprendiéndolos no como simples “entierros dignos”, sino reconociendo en ellos genuinas expresiones populares de conciencia histórica. Una particular escritura de la historia en el territorio, que comenzó con un gesto sencillo, pero trascendente: el de llevar flores.
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